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Si estás empezando en esto del SEO o bien te planteas trabajar como consultor SEO, te dejo algunos consejos sobre lo que debes y lo que no debes hacer en tu trabajo. Todo, desde mi experiencia profesional, claro. Aunque parezcan muy obvios, cada día veo gente que cae sistemáticamente en las mismas trampas. Espero que te sean útiles.

1. El cliente nunca pocas veces tiene la razón

Escuchar a tu cliente y estudiar sus propuestas es sano, pero a menudo no tienen ni puta idea de lo que habla no está bien informado. Seguramente ha leído por internet que lo más importante es tener enlaces, y su cuñado le ha dicho que debe crear contenidos de blog. No dejes que sea el cliente quien paute la ejecución del proyecto, y mucho menos que influya o determine cuestiones que van a ser importantes para el posicionamiento.

El cliente está intoxicado por la jerga del sector, una visión corporativista y nula perspectiva de usuario. Tu trabajo como consultor SEO es lograr que un sitio web se posicione y eso implica meter mano en la manera de comunicar de las empresas. Debes dejar claro, de buen principio, que tú llevas la batuta, y que el éxito o el fracaso del proyecto dependen únicamente de ti, tus capacidades y el cumplimiento de las reglas. Si el cliente quiere medrar, y te dejas llevar, posiblemente no lograrás los objetivos.

2. No hagas promesas que no puedes cumplir

¡Ojalá alguien me hubiera dado este consejo! Mi experiencia (en 1 minuto): cuando era consultor SEO (en plan freelance super-wai), un cliente me solicitó posicionar un sitio web en un nicho que desconocía por completo. Al salir de la reunión pensé “esto está chupado”. Al llegar a casa descubrí que ese sector movía varios miles de millones de euros al año y era uno de los más competidos a nivel europeo. ¡Menudo marrón! Con esto no quiero decir que solo debemos aceptar trabajos fáciles, sino que es importante realizar un estudio previo del mercado para fijar un objetivo y, sobre todo, no cometer el error de prometer una posición que no se va a lograr a corto plazo.

Observa el nicho, analiza los competidores, detecta la oportunidad y entonces (solo entonces) haz una previsión sobre lo que se puede lograr. En algunas ocasiones deberás decir “no se puede”. ¿Te imaginas que alguien quiere posicionar por delante de Amazon? Es locura.

A veces se nos olvida que la competencia también ha contratado a un SEO, y que tienen una estrategia de posicionamiento sobre la mesa. Si es mejor SEO que nosotros, estamos jodidos. Si existe una oportunidad, ellos la van a detectar igual que tu. Corre, aprovecha el momento, no seas tonto.

3. Las herramientas las pones tu

Un SEO sin herramientas es como un fontanero sin llave inglesa. Del mismo modo que nuestro mecánico dispone de sus propias máquinas para hacer su trabajo, los SEO debemos tener las nuestras. Da igual si se trata de Sistrix, Semrush, SerpWoo, Moz, de pago o gratuitas. Debemos manejar las herramientas SEO a la perfección e incluirlas en el precio de nuestro trabajo. Esto último es muy importante. Un SEO profesional que tenga contratadas 2 o 3 herramientas de pago, puede gastar anualmente más de 2.000€ en licencias. Acuérdate de repercutir la parte proporcional en el precio de tus servicios.

4. Aprende a poner un punto y final para tu trabajo

Esta cuestión es muy importante. Debes ser capaz de definir cuando finaliza tu trabajo. Si planteas unos objetivos realistas, acabarás tu trabajo. Si te has pasado de listo, estarás trabajando para este cliente hasta el fin de los tiempos. Ya sea lograr una posición o bien “poner las bases” para un posicionamiento a largo plazo, uno debe definir donde acabará su trabajo.

Algunos proyectos pueden tardar un año o más en lograr posiciones relevantes. ¿Vas a estar trabajando un año para ese cliente? ¿A qué precio? Posiblemente quieras cambiar, salgan proyectos más interesantes y no querrás estar atado. El trabajo del consultor SEO es supervisar la creación y evolución del sitio web, pautar y establecer la estrategia. Lo ideal es trabajar con un equipo de marketing inhouse que se ocupe de ejecutar el plan a largo plazo.

5. Google es un traidor, no te fíes

Muchos empresarios ven internet como la panacea y una máquina de hacer dinero. Puede que en algunos casos sea así, pero en la gran mayoría de los casos, internet solo es un canal de ventas que complementa la labor comercial “tradicional”.

Debes hacer entender a tu cliente que Internet no es la solución a sus problemas. De hecho, Google desaconseja que las empresas usen el buscador como única o principal fuente de ingresos. ¿Qué ocurre si mañana caes a la página 10? ¿De qué vivimos durante los meses en que nuestro sitio web se está posicionando y aun no aparece en primera página? Google te lo da todo, pero también te lo puede arrebatar en un instante. No es un servicio público, y está sometido a caprichos y tendencias. Tus clientes deben diversificar, no cargues con esta responsabilidad sobre tus espaldas.

6. Mejor lento y bien, que rápido y mal

Sentirás la tentación de usar técnicas oscuras, de acudir a tu preciada PBN y crear estructuras de enlaces y, en definitiva, hacer lo que sea para acelerar el posicionamiento. En algunos nichos es tremendamente difícil evolucionar, y te quedarás estancado en segunda o tercera página durante semanas. Cuando sientas esa tentación, piensa que esta web no es tuya, y que debe perdurar en el tiempo. No hagas nada que pueda significar una penalización o que comprometa el posicionamiento a largo plazo. Si te penalizan, lo único que lograrás, es arruinar el trabajo de mucho tiempo y perder la confianza de tu cliente. En estos casos, siempre mejor reconocer la derrota y buscar nuevas maneras de posicionar.

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