Empecé en esto del SEO hace 10 años. No es mucho si se compara con otros oficios, pero es tiempo suficiente para conocer a fondo la disciplina y vivir los cambios y avances que se producen (continuamente) en el campo de los Motores de Búsqueda. Cuando empecé prácticamente no había nada escrito. El SEO era un oficio guiado por la intuición, la deducción, la prueba y el error. La colaboración entre profesionales era esencial para llegar al consenso y comprender cuáles eran los elementos clave en la Optimización para Motores de Búsqueda. Construir este conocimiento colectivo fue posible gracias a la existencia de espacios de debate, como el Foro de Webmasters de Google, donde confluían profesionales de alto nivel de todo el mundo, y se podía aprender mucho. 

Al principio, la mayoría de usuarios que participaban en estos foros, ya sea preguntando o bien aportando soluciones, eran webmasters. Es decir, profesionales de la ingeniería informática, el diseño web, o la programación, preocupados por el posicionamiento de sus páginas web. Participaban en el foro de un modo altruïsta, sin obtener beneficio alguno, y con el único objetivo de aportar conocimiento, aprender y construir una comunidad. 

Sin embargo, con el paso de los años y la progresiva popularización del SEO, empezó a emerger un segundo grupo de usuarios, a los que vamos a llamar «vampiros». Estos «vampiros» eran personas que ofrecían sus servicios como profesionales SEO. Las empresas contrataban sus servicios y obtenían beneficio realizando labores de optimización SEO. El problema, mi enfado, y la razón por la que dejé de participar en los foros, es que cada día había más «vampiros» que, cobrando a su clientes, acudían a los foros en busca de soluciones.

«Tengo un cliente que…»

Las preguntas de los «vampiros» a menudo demostraban un total y absoluto desconocimiento sobre los conceptos más básicos: ¿Qué es un robots.txt? ¿Cómo se configura una redirección 301? ¿Qué es un nofollow? Sus preguntas solían empezar con: «Tengo un cliente que…».

Acabé por no responder ese tipo de preguntas. Si trabajas como SEO, y cobras por ello, debes ser un profesional competente y responsable. No puedes deambular por los foros preguntando cómo funciona el robots.txt. El colectivo de usuarios del foro terminó por obviar este tipo de preguntas. A menudo quedaban sin resolver, huérfanas de respuesta. El objetivo del foro no era ofrecer un servicio gratuito de asesoría SEO, sino compartir conocimiento. Empezó a emerger la sensación de que los foros oficiales de Google para Webmasters se habían convertido en un servicio de soporte técnico, donde los expertos y veteranos participaban bajo condiciones trabajo encubierto, sin obtener nada a cambio. 

La situación empeoró y se aceleró la depreciación de los servicios de los SEO profesionales. Apareció un grupo cada vez más grande de «vampiros» que, contratados por las empresas a menor precio, acudían al foro en busca de ayuda. No preguntaban por cuestiones singulares, sino que «requerían» soporte técnico gratuïto para desarrollar su trabajo. Participar en los foros dejó de ser un proceso de aprendizaje, y pasó a ser un servicio de resolución de problemas a la carta. Problemas que, en muchas ocasiones, habían sido sobradamente resueltos en otros hilos de preguntas. 

El desinterés fué creciendo… y un día, sencillamente, desaparecí.



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